Sobre el proyecto

En Colombia se destaca la falta de acceso a recursos (naturales, económicos, …) como uno de los factores marginalizantes para muchos individuos, grupos y comunidades, a la raíz de diversas manifestaciones de violencia. Esta cuestión debe ser analizada a la luz de un posible escenario futuro de postconflicto, y teniendo en cuenta el impacto diferenciado de la desigualdad y de la violencia sobre los diferentes sectores de la población colombiana, según si son niños, niñas, jóvenes o adultos mayores por ejemplo, mujeres u hombres, si provienen de zona urbana o rural, etc.

Reconociendo en el trabajo un papel facilitador del lazo social, detonador de iniciativas políticas y culturales por parte de los sujetos y colectivos, el panorama actual y posible invita al fortalecimiento de iniciativas económicas basadas en valores de justicia social y solidaridad, y/o al diseño de nuevos modelos y mecanismos de desarrollo económico donde el ser humano encuentre un lugar protagonista, de decisión, creación y acción sobre sus proyectos productivos y de vida. Éstas son condiciones necesarias para contribuir a la construcción de una paz duradera.

¿Qué puede proponer el diseño industrial allí?

Considerando que cada contexto socio-cultural, político y productivo específico exige una respuesta de diseño particular, y que cada grupo poblacional demanda una metodología de diseño diferenciada, para que los modelos de creación y producción en diseño industrial sean pertinentes y sostenibles deben formularse desde las memorias de las poblaciones, desde el reconocimiento de su diversidad de género, generacional, étnico-racial y cultural, así como desde la especificidad de sus territorios. Lo anterior requiere una “descentralización” del proceso de creación y construcción de parte del diseñador en un espíritu emancipador que facilite el protagonismo activo de las personas y de los colectivos a la hora de descifrar, representar y reconstruir su realidad.

Sólo así se pueden abrir nuevas vías, autónomas, no-violentas y creativas, para resolver tensiones producidas por una historia escrita por otros, y ayudar a una mejor convivencia en una sociedad marcada por flagrantes desigualdades. De allí, el diseño industrial puede participar disciplinarmente a la construcción de nuevos modelos y mecanismos de participación económica y social que rescaten valores de paz, justicia y democracia.

Por consiguiente, este proyecto plantea un escenario de co-diseño entre estudiantes de Diseño Industrial y jóvenes vinculados a la Asociación para la Reeducación de los Menores Infractores de la Ley Penal del Departamento de Bolivar – ASOMENORES (http://asomenores.hol.es/) ubicada en Turbaco, Cartagena, para fortalecer sus capacidades de emprendimiento creativo y autogestión, asumiendo con responsabilidad y espíritu innovador los retos que implica la condición de reclusión.

El proyecto se inscribe en el marco de un curso de Diseño Industrial diseñado para la Escuela de Verano de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Reúne a 18 estudiantes aspirantes al título de Diseñadores Industriales. Divididos en 5 grupos de trabajo, las y los estudiantes trabajarán durante 4 semanas intensivas con más de 30 jóvenes de la Asociación ASOMENORES en torno a 5 cadenas productivas: carpintería; jardinería; panadería; textil y tejidos.

Objetivos:
General

El proyecto “Diseño popular, cadenas productivas y construcción de paz” busca fortalecer el modelo creativo-productivo de jóvenes infractores de la ley penal vinculados a ASOMENORES con base en valores de creatividad, justicia restaurativa y solidaridad, para que de allí surjan oportunidades económicas y socialmente sostenibles para ellos.

Específicos

  1. Aprender a descifrar las encrucijadas culturales, sociales, económicas y políticas que conforman el contexto cartagenero, y la manera como éstas afectan a la comunidad;
  2. Analizar oportunidades productivas, creativas y de emprendimiento a la luz de estas encrucijadas;
  3. Formular y desarrollar alternativas “expandidas” de diseño, que se salgan de los lugares comunes de producción y representación del diseño industrial, con base en una perspectiva sistémica y un proceso de creación participativo;
  4. Propiciar la autogestión de la comunidad sobre estas alternativas, como factor de garantía de sostenibilidad;
  5. Consolidar un proceso de diseño industrial que garantice suficiencia académica e innovación social.

 

 

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